martes, 11 de mayo de 2010

LA AVENTURA DE SER DOCENTE

Considero que está frase de “me tuve que dedicar a la docencia” no va conmigo, porque cuando yo buscaba trabajo seleccionaba por gusto aquéllos relacionados con la docencia ya que por mi perfil profesional siempre me llamó la atención dar clases y el querer trabajar con adolescentes y por obvias razones hacia a un lado los que iban dirigidos hacia la industria.
Estoy de acuerdo con lo que maneja Esteve(2003:4) “la esencia del trabajo del profesor es estar al servicio del aprendizaje de los alumnos” ya que para eso fuimos contratados como docentes, para brindar un servicio de calidad y considero que no debiera ser por la necesidad de empleo de una persona, como algunos lo manifiestan.


Para mí, la docencia es un gusto, un placer y una pasión, es una labor que no cambiaría por nada, el hecho de enseñar mis conocimientos es lo más importante, busco dos cosas en esta práctica diaria: la primera, es la manera de enganchar a mis alumnos en esta aventura de aprendizaje y la segunda que tiene que ver con la forma de mejorar como docente para trascender en mis alumnos.


Me encanto el escrito derivado de la ponencia de Esteve, porque me vi reflejada con todo esto que habla de los novatos, me remonto a mis primeros años de docencia, cuando tuve la oportunidad de ingresar al sistema COBAQ, que realmente fué una suerte enorme. Me emocionó el saber que me habían contratado, empezaba mi aventura en una nueva institución, el problema es que empecé como muchos: te dan el programa de estudio un horario y a empezar con la clase, me sentí como cuando avientan al torero al ruedo, me armé de valor y le entré. Pero todo esto con el tiempo me llevó a perfilar una identidad profesional pasando por un proceso de reflexión, buscando comprender la esencia del trabajo de enseñar y aprender. Considero que aprendí a ser profesor por ensayo y por error. En el camino como maneja Esteve(2003:1) “deben sortearse distintas dificultades” situación que viví, poco a poco empecé a dominar las técnicas básicas para tratar de ser un buen interlocutor, tuve que aprender a resolver problemas de disciplina y adaptar los contenidos al nivel de conocimiento del alumnado.

Tras quince años de docencia los primeros los maneje a prueba y error, practicando y corrigiendo errores, buscando lo positivo y lo funcional, ahora me siento en libertad de ser profesor, porque tengo la seguridad en mí misma, y tengo las herramientas para manejar mi docencia, además de que las asignaturas que imparto me gustan mucho y de ahí el empeño que le pongo cada semestre.

La aventura de ser docente es lo que me tiene en este diplomado buscando todo aquello que me ayude a mejorar en beneficio de lo que más quiero “Mis alumnos” y compartir mi espacio y afecto con esos seres que siempre me sorprenden, emocionan y que además siempre aprendo algo de ellos.

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